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El día que Sophie Goldberg me hizo llorar

  • Foto del escritor: Cristy Mesta
    Cristy Mesta
  • 1 nov
  • 3 Min. de lectura

No me pasa muy seguido, para nada. Es más, creo que nunca había derramado lágrimas en el podcast. Pero a veces, las entrevistas más memorables no son las que planeamos con miles de preguntas, sino las que nos sorprenden por los sentimientos que despiertan. Eso fue lo que me pasó con Sophie Goldberg.


Portada del libro Lunas de Estambul de Sophie Goldberg
Lunas de Estambul, de Sophie Goldberg

Hace unas semanas la entrevistamos por su libro Lunas de Estambul, que aunque no es nuevo, celebra diez años desde su primera edición. Yo pensaba que íbamos a hablar de su abuela Ventura. Fue un libro que disfruté muchísimo, sobre todo porque lo leí justo después de haber regresado de conocer Estambul. Podía imaginarme todo lo que Sophie escribía sobre esa ciudad mágica entre oriente y occidente: el Bósforo, los mercados, los olores, los sabores. Todo me resultaba familiar y profundamente entrañable.


Durante la entrevista, Sophie nos contó que este libro nació de las veces que su abuela la invitaba a dormir, le compartía su historia, le enseñaba fotos y a cocinar los platillos típicos de Turquía. Solo eso ya era una historia hermosa: la de una mujer que tuvo que reinventarse lejos de casa y construir una nueva vida.


Pero entonces, la conversación dio un giro inesperado. Sophie empezó a hablarnos de su nuevo libro, El jardín del mar. Una historia narrada por un niño de seis años en Bulgaria, durante la Segunda Guerra Mundial. Hitler pidió al rey búlgaro que entregara a los judíos; el rey se negó y fue envenenado. Ese niño que logra esconderse en un granero junto a su madre y salvarse… es el padre de Sophie. Sí, el protagonista de su historia es su propio padre.


Retrato de Boris III, rey de Bulgaria durante la Segunda Guerra Mundial
Boris III, rey de Bulgaria durante la Segunda Guerra Mundial

No me lo esperaba. Y así, sin aviso y sin control, me empezaron a escurrir las lágrimas.

Mientras la escuchaba, pensé en lo frágil y a la vez milagroso que puede ser el destino. En todas las cosas que tuvieron que alinearse para que Sophie existiera: que su padre sobreviviera al horror de la guerra y llegara a México, que su abuela saliera de Turquía para casarse con un mexicano, que la vida la llevara a escribir y compartir esas historias. Si uno solo de esos hechos hubiera sido distinto, Sophie no existiría. Y yo no estaría escribiendo esto.


Tal vez para eso se escribe: para darle sentido a todo lo que nos trajo hasta aquí.

Y entonces entendí que la historia de Sophie es también la historia de todos. Que cada uno de nosotros está aquí gracias a una cadena infinita de decisiones, coincidencias y azares. Gracias a guerras que terminaron, a amores que empezaron o se perdieron, a trenes que se tomaron o se dejaron pasar. Todos somos el resultado de algo que parece casualidad, pero que quizá es destino.


Salí de esa entrevista conmovida, no solo por su historia, sino por lo que me hizo reflexionar sobre la mía. Que estar viva es ya una casualidad demasiado grande como para no disfrutarla. Para no reír más, abrazar más, agradecer más. Quizás esa es nuestra única tarea: encontrar la belleza en lo simple y el sentido en lo que ya tenemos.


Les dejo un beso, como siempre.

C

EPISODIO DE EN LA MISMA PÁGINA RELACIONADO:


En este episodio de conversamos con Sophie Goldberg, autora de Lunas de Estambul y El jardín del mar. Hablamos sobre cómo las historias familiares pueden transformarse en literatura, sobre la memoria, la identidad y lo que queda de quienes nos preceden. Una charla sobre escribir para entender de dónde venimos y cómo agradecer todo lo que nos trajo hasta aquí.


Episodio de En la misma página con Sophie Goldberg acerca de su libro Lunas de Estambul

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